UN RELATO ANÓNIMO DE CUARENTENA


Creo que mi historia debe haber comenzado con alguna ancestra negra, esclavizada, de esas que llegaron con los españoles a Venezuela. Seguro algún romance con un español y de allí este flow y Melao caribeño. Pero esa es otra historia. Desde pequeña me sentí extraña en cada oportunidad que me tocaba defenderme ante algún varón. Era una  sensación de que hacía lo correcto, pero no lo aceptado al partirle la nariz a cada chico que quiso obligarme a un beso (por contar alguno de los motivos). La orientadora del colegio intuyo que algo pasaba en casa y sin duda algo pasaba, mi madre ausente por el trabajo, mi padre ausente por las conquistas amorosas y nosotros tres pequeños viviendo en  anárquia; fingiendo ser educados ante sus ojos y cayendonos a coñasos a sus espaldas.
La presa de pollo más grande sin duda para el hermano mayor  y la pierna sin duda para mí. Y así siempre desigual; más tarde comprendí que, como explicaba al principio es una condición ancestral y no solo mía, sino de todas las mujeres del mundo. Unas lo naturalizan, otras  descubrimos un camino; una forma de vida, podría decir que hasta una religión; dónde nos abrazamos ante las desigualdades y marchamos juntas hacia la reforma de los derechos. Ya muchas otras, tomarón este camino y vivierón por el, porque mantengo en mi pensamiento que un pedazo de ellas habita en mi, en mi forma de vestir, en mi fortuna de estudiar, en el arte del deporte , aunque no sea mi fuerte, pero de seguro el de alguna otra hermana si y sin duda el de poder expresarme a través de la escritura. Una de las premisas de esta y otras épocas del feminismo se trata de poder andar libremente en la calle y no sentirte amenazada por tu condición de genero. Pero aquí vamos el mundo en su constante caos pleno siglo 21, nos sorprende con esta pandemia y nos encierra entre 4 paredes de distintos formatos. No todos sobrellevan está situación agradablemente , bien sea porque la economía aprieta, o de nuevo el opresor ataca por condiciones de género. Para mí el modelo de "hogar" viene siendo una jaula disfrazada de teatro en plena gala; y ahora una dónde se habita también con el enemigo 24/7. Que bien saben se viste con corbata y traje de gala un macho fornido buen mozo, dueño y señor de lo que cree e imagina ser el capital , pero en mi caso y podría decir que en general; de clase obrera  desubicado, desclazado y sí sobre todo mal educado;  y digo esto tomando en cuenta que aún se les benificia con una mala entendida educación dónde prácticamente seguimos siendo negras, brutas, esclavizadas , brujas, trabajadoras domésticas sin salario; vejadas por la venda del amor romántico.

Cuántas conquistas nos faltan, expresaría que la primera debería ser la ruptura del modelo social  clásico. Ante está premisa salvaguardar la vida quedándose en casa viene siendo un sentencia de muerte; que en el mejor de los casos sería el alma lo primero y/o único que saldría herido. Con este pequeño relato quiero llamarl@s a la reflexión. Espero que de este tragedia que acaba con cientos de vidas al año y ante está situación de quedarse en casa podamos salir con las cifras más bajas defunción en ambas pandemias la del machismo y la del Coronavirus . Ánimo no están solas en varios países incluyendo la se han generado líneas de apoyo, tratando de sopesar en algo este trágico acontecimiento . Me gustaría que ahora todas tenemos algún tiempo libre, ya que por primera vez en tanto tiempo estamos sujetas a solo una jornada laboral (la del hogar) ; que generaremos al menos propuestas para los siguientes meses porque el feminismo no descansa, no tiene. Vacaciones. Aquí me encuentro en mi jaula en plena guerra con la más firme actitud de que escoji la forma correcta de vivir , que no es otra que la paz, el feminismo en general. Con amor las invito a mantenerse con vida, algunas perderemos esta batalla... Pero seguro que ganaremos la guerra.

Comentarios

BLOC CON PUBLICIDAD .ESTE BLOC CONTIENE ACORTADORES