👻EL HOMBRE DEL CEMENTERIO👻

 


HECHO REAL


Venía con mi hija ya en las altas madrugadas de la noche de regreso a mi humilde casa, recuerdo que eran aproximadamente las 11 pm, por lo que en el pueblo donde yo vivía ya no se aparecía ni una gente en los alrededores.

Habíamos demorado un poco, pues la reunión social a la que fuimos,  se alargó mucho más de lo que esperaba, y en esos momentos sabía que me tendría que regresar sola a mi casa.  Pero no quise preocuparme por ello, ya que mi hija quien entonces tenía 7 años estaba tan contenta en la fiesta.El frio comenzó a sentirse un poco más y poco a poco se iban retirando mis familiares, pensé en esperar al vecino quien también lo habían invitado, pero cuando quise buscarlo nuevamente ya no lo encontré por ningún lado. Como ya se hacía mucho más tarde, no quise esperar más y me despedí de mis familiares avisando a mi hija que debíamos marcharnos ya.

Nos pusimos las chaquetas y tomadas de la mano comenzamos a caminar juntas al salir de la fiesta. En realidad mi casa se encontraba como a 25 minutos del centro del pueblo y para llegar debía atravesar lo que era el panteón.  Sin embargo yo no era de tener miedo a los fantasmas y caminar de noche, lo que en realidad no quería era encontrarme con algún vivo que quisiera asustarnos para hacer de las suyas. En realidad eso era lo que más temía.

Apreté la mano de mi hija para llevarla a mi cuerpo y que estuviera tranquila al tener que pasar por el panteón, pero justo cuando íbamos llegando, ella me dijo:

_ Mami, tengo ganas de ir al baño. Me dijo

_ ¿tienes muchas ganas? Le pregunté.

Como la había visto apretarse con sus piernas, supuse que ya tenía muchas ganas de hacer pis, por lo que sin pensarlo la llevé adentro del panteón para que hiciera sus necesidades sin que nadie pudiera sorprenderlos. En esos momentos un frio recorrió todo mi cuerpo y el aire se tornó mucho más helado.

_ ¡Apúrate mami! Le dije con voz baja, pues estaba sintiendo un escalofrió al haber entrado al cementerio en las altas horas de la noche.

Respiré profundamente y ayudé a mi hija quien no lograba ver el broche del pantalón, enseguida nos dirigimos a la puerta, pero cuando íbamos a salir, justo ahí estaba parado un perro enorme parecido a los rottweiler.  Nos miró fijamente a las dos con unos enormes ojos que brillaban aunque fuera de noche. El perro no se movía de lugar pero nos seguía con la mirada cuando nos movíamos lentamente; se observaba su agitada respiración y comenzaba a derramar baba de su pestilente hocico.

El miedo recorrió mi cuerpo una vez más y una columna de humo comenzó a aparecer como si fuera neblina envolviendo a aquel extraño animal. En esos momentos quería salir corriendo del cementerio pero no podía hacerlo por temor  a ser atacada, y para colmo ya era muy tarde por lo que no pasaba ni una persona. El perro comenzó a gruñir caminando lentamente hacia nosotros como rodeando a su presa. En esos instantes tomé del brazo a mi hija y traté de entrar en los más adentro posible en el cementerio, cerca de una tumba nos pusimos en cuclillas agachando la cabeza. Sin embargo miraba que el perro caminaba buscándonos tumba por tumba. Yo apreté las manos fuertemente con las de mi hija y juntas comenzamos a rezar. En esos instantes mantenía los ojos completamente cerrados y cuando los abrí, ahí estaba un hombre de pie a unos metros de nosotras, traía puesto un sombrero en la cabeza; el cual se miraba que era un señor de avanzada edad. No le reconocí el rostro, pero claramente  mire que me hizo señas de guardar silencio con el reflejo de  muy poca luz 

Entre mis rezos di gracias a dios porque apareció una persona quien nos estaba salvando de ser atacadas por ese animal; el hombre se dirigió hacia el perro llevando consigo un palo de madera el cual se sostenía para poder caminar como bastón. De inmediato miré como el perro salió corriendo dirigiéndose hacia la puerta y en la oscuridad desapareció.

Cuando miré que aquel animal se había ido, tomé el brazo de mi hija y salí me asomé por la puerta del panteón, pero ya no había nada y fue entonces que aproveché para salir corriendo a toda prisa y llegar a mi casa. Tenía el corazón acelerado y lleno de mucho miedo. Semanas después fue el día de muertos comenté lo que me había sucedido a una de las vecinas que me encontré cuando fui a poner flores en la tumba de mi padre. Al relatar lo sucedido se quedó pensativa un momento sin decir nada. Cuando le pregunté qué era lo que le pasaba, me dijo que el hombre que había mirado aquella noche tiene mucho parecido con el borrachito que había encontrado muerto cerca de una barranca junto a un árbol de alcanfor.Aquel señor murió ahogado y como nadie lo reclamó, lo enterraron justo en la tumba donde nos habíamos escondido mi hija y yo. Usaba un bastón pues tenía un problema con su pierna derecha, y traía puesto un sombrero de paja todo viejo que jamás se lo quitaba cubriéndole la cabeza. Cuando escuché esa historia nuevamente recordé claramente aquella noche y la silueta del mismo hombre que nos había salvado y todas las características encajaban perfectamente. Sentí en mi corazón mucha paz y un profundo agradecimiento, por lo que cada año de día de muertos, lo recuerdo llevándole unas flores que adornen la tumba de aquel pobre mendigo que murió en completa soledad.

Fin.



👻 El Médium 👻

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